domingo, 20 de noviembre de 2011

Series, series, series (II)

Estaría días enteros hablando de series y ni me cansaría, ni me quedaría sin cosas que contar, pero antes de hacer una entrada comentando mis opiniones finales sobre Breaking Bad (estoy de exámenes y cualquier cosa es mejor que hablar de Medicina), quisiera dejar unas cuantas series más que han marcado estos últimos años:


THE SIMPSONS: Simpática familia en alguno de los tantos pueblos de Sprienfield de EEUU, que a día de hoy es sobradamente conocida en, me atrevería a decir, el 90% de las casas. Si bien es uno de los mejores productos de la Fox (tanto que Matt Groening les debe de manejar a su antojo), ha sabido llegar no sólo a niños, que en su inocencia sólo ven dibujos animados con aventuras y trastadas, sino también a adultos, en sutiles indirectas, críticas y caricaturas. Haciendo memoria, han pasado por los personajes amarillos desde figuras políticas a científicos, deportistas de élite o divinidades... y nos han hecho reír en sus absurdos.

FRIENDS: Ya que he comenzado con una serie agradable, no podía dejarme al grupo de amigos que todos quisiéramos tener, tanto para reírnos como para compartir todo tipo de asuntos tomando un café en Central Perk. Serie también rentable como pocas, pero tan agradable de ver que pocos se niegan a las reposiciones.



HOUSE: Aunque no me han gustado demasiado las series de médicos, House empezó de un modo muy prometedor. Después de la mítica Urgencias (insuperable), nos trajo casos clínicos interesantes y personajes muy definidos y que, pese a que ninguno nos identificábamos con ellos, sí que nos hacían reflexionar acerca de quién preferíamos que nos recibiese ante la enfermedad (el huraño pero inteligente House o la bondadosa pero peor médico chica de turno). No obstante, la serie dejó de interesarme hace ya varias temporadas.


IN TREATMENT: Sin dejar la sanidad, propongo esta serie. Insólita en su planteamiento, sin apenas decorados y apoyada simplemente en un diálogo ingenioso y con buen ritmo. Una pena que no continuasen las historias de este psicólogo, que cada día de la semana atendía a un paciente distinto durante cada temporada. Brillante e innovadora, con esa pizca de sorpresa que esperas encontrar a día de hoy, cuando todo parece estar inventado, y cuando exigir a un telespectador un poco de atención lleva al fracaso a un guión excelente.

PUSHING DAISIES: La descubrí casualmente y me llamó la atención sobre todo por el manejo de los colores, todos ellos saturados hasta rozar la irrealidad, tan acorde con la propuesta de la serie. En esencia, llamar la atención sobre Pushing daisies diciendo lo que le ocurre al protagonista sería absurdo, porque nadie creería que un chico capaz de devolver la vida a un muerto bajo ciertas normas y que intenta una relación con una mujer a la que no puede ni tocar, podrían dar a luz unos capítulos tan entretenidos. Lástima también que no muchos se detengan a mirar sus paisajes, a degustar sus colores y a disfrutar de esa característica voz en off que nos conduce por cada capítulo.

 
MAD MEN: Si hablo de estética no podía dejarme esta serie, que está recibiendo su merecido reconocimiento y nos traslada de modo impecable a los duros años sesenta, con sus dobles morales, sus ideologías hoy obsoletas... que tanto contrastan con nuestra sociedad actual... ¿o no? La reflexión, cada uno en su casa.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Series, series, series...

Pues sí, entre semana mucho hacer que estudio, mucha práctica y mucho rollo, pero cuando agarro el portátil no hay quien evite que vea una buena ración de series, aderezada, por supuesto, con spoilers, fan-fics y comentarios en distintos foros. Hay que ser freak de algo, y las series dan mucho juego.
Por comentar algunas de las que ocupan mis días, dejaré estas:


EXPEDIENTE X (THE X FILES): Clásico donde los haya e imprescindible como pocas. Marcó una época, y aún hoy ocupa miles de mentes de seguidores que, como yo, cuidan de todo su merchandising como si de un hijo se tratara. No sólo abordó un tema difícil y novedoso para aquella época, sino que a lo largo de sus nueve temporadas nos logró convencer de toda una compleja y oculta trama gubernamental, nos aterrorizó con sombras y buenos guiones, y marcó el modo adecuado de llevar una relación entre sus dos protagonistas, Mulder y Scully. Dejo a un lado, por supuesto, todo el movimiento shipper que nació a raíz de la tensión sexual no resuelta de los agentes, y que aún hoy perdura. Y es que la segunda película (2008) fue un error a olvidar dentro de la serie, de modo que esa absurda actitud empalagosa de ambos, así como un argumento flojo y alejado de resolver cuestiones que los adeptos estábamos esperando, es mejor pensar que nunca se rodó (desde luego en mi estantería nunca va a aparecer ese DVD...).


BONES: Siguiendo con series con una base de UST marcada, Bones nos muestra, a día de hoy, un vacío trascendental en lo que venía marcando la dinámica y principios del argumento: una científica intelectual y físicamente afortunada, pero obstinada en racionalizar todo hasta el punto de negarse los sentimientos que suscita su enamorado, valiente, atractivo y fuerte compañero. Y de repente, Emily Deschanel embarazada, la temporada que se acaba y unos guionistas que para solucionarlo nos vetan de cualquier imagen que justifique el reciente embarazo de la protagonista. Más les vale que a lo largo de esta temporada nos ofrezcan algo más de esa relación, de por qué de repente no dudan en pronunciar abiertamente su amor, de cómo han reaccionado sus compañeros, etc., etc. De lo contrario, dudo que continúe siguiéndola, porque si bien los casos suelen ser entretenidos y los secundarios ofrecen personajes bien definidos e interesantes, ninguno cubrirá el internamiento psiquiátrico de Zack, la muerte de Vincent y la relación de Brennan y Booth.


CASTLE: Otro clasicazo actual en lo que a UST se refiere. Aquí los personajes han ido evolucionando admirablemente, y la rígida e inflexible Beckett ahora sabe divertirse, se ha hecho un poco más dependiente e incluso se viste, peina y habla de modo distinto. El descarado Castle, por el contrario, ha madurado sin perder ese atractivo picarón y es capaz de deleitarnos en un mismo capítulo con sus más profundos sentimientos unidos a sus chistes, comentarios descarados y miradas provocativas. Chapeau por los actores y por los guionistas, y a ver cómo se desarrolla esta temporada, que de momento nos tiene mordiéndonos las uñas semana tras semana bajo promesas en los spoilers que caen con cuentagotas.


BREAKING BAD: Serie completamente distinta a las demás y que se merecería una entrada ella sola. Dirigida por el genial Vince Gilligan, no cabía esperar más que lo que es: una gozada en cada capítulo, que te atrapa completamente y te hace moverte con los personajes y su angustia y temores. Bryan Cranston, al que yo conocía por Malcolm in the middle y algún papel secundario, se muestra polifacético al máximo, y sus gestos te transmiten todo cuanto pasa por la cabeza de Walter. Pese a que aún no la he terminado, no puedo decir nada en contra de la serie: argumento muy bien llevado, movimientos de cámara perfectamente adaptados a cada situación, música seleccionada magistralmente, jerga estudiada, ubicación, personajes bien delimitados... y como colofón, ese sabor que te hace reflexionar cuando ya ha terminado el capítulo y en el que no sabes cuál sería el paso que tú darías en caso de encontrarte inmersa en todo el follón. Muy recomendable.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Un buen y completo día

Adoro los días como hoy, en los que todo el mundo parece simpático, o al menos la inmensa mayoría, en el que doy más besos que nunca (es lo que tiene empezar las prácticas en un Centro de Salud en el que yo soy la máxima novedad), en el que puedo perder el tiempo con mis amigos, me cunde el estudio, doy rienda suelta a una peluquera para que me haga un corte original y me deja tal y como yo quería, en el que sólo llueve cuando llego a mi destino y tengo una manta a mano, en el que puedo disfrutar de mi serie de reciente adicción (Breaking Bad), en el que me responden a los mails... Hoy es el día perfecto. Sólo por la cantidad de sonrisas que he visto ha merecido la pena salir del calor de las mantas. Pero nunca llueve a gusto de todos, y sé que mañana podría ser mejor... 

Me falta, por ejemplo, la sonrisa de una de mis seguidoras...