viernes, 1 de agosto de 2014

Volar

Hoy quiero ser pájaro. Dejar que el sol metalice mi piel, y el viento intente atravesarla, arrastrándome a su antojo por las alturas. Quiero ver el atardecer desde arriba, tropezar sin caer. Que el fino mástil sea mi sustento y el oleaje mi música. No temer la oscuridad ni el frío. No ser de nadie, y que el mundo esté a mi alcance. Quiero volar, y visitarte a miles de kilómetros, y viajar sin descanso. Estar contigo sin ataduras.
Y no sentirás que el tiempo te supera por la distancia; porque estaremos juntos. No habrá frontera, acento ni costumbre. Sólo temeremos que se acabe el horizonte. Quiero estar contigo, y repetir este mismo instante cada día. Caminaremos con las voces y sonidos que distraen y confunden a las personas. Saltaremos al vacío. Erraremos con la dirección y lo disfrutaremos. Gozaremos de la brisa que levantó la falda a la chica y despeinó al muchacho. Adelantaremos al avión, pesado y ruidoso, deslizándonos por sus propias turbulencias, y nos reiremos de ese burdo intento de copia. De vez en cuando nos posaremos para detener el mundo y el tiempo, y para recordar lo que un día fuimos.
Y nunca despertaré, para que no dejemos de volar y vuelvas a estar a mi lado, o a mi alcance. Porque hoy quiero más que nada en el mundo compartir esa carga que te abate, soltarla en medio del vuelo y que se hunda en el océano. Hoy, hermano, hoy quiero volar contigo en ese destino que se te tuerce incesante. Porque serás el padre que no tuvimos, y el amante más deseado; serás ese chico de ojos inocentes color miel. Y te envidiaré siempre, y querré como nunca ser como tú, con tus experiencias y tu atrevimiento. Nos comeremos el mundo sin tener tiempo de meditar ni temer, como siempre hacías; como me enseñaste.
Tengo tantas ganas de abrazarte, y de que no me cuentes nada de todos estos últimos años, como si jamás hubiesen ocurrido. Yo tampoco te diré nada. Será sólo hoy, aquí y ahora. Nuestros silencios confirmarán las sospechas y no necesitaremos nada más.
Sigo pensando cómo comprimir los nueve mil kilómetros que nos separan. Lo conseguiré. Lo prometo. Para que los deseos se hagan realidad y puedas apoyarte en mi hombro y caminar juntos. Pronto. Muy pronto lo lograremos de algún modo.

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